"No me arrepiento de nada"

(Quinta y última parte del discurso del periodista Abraham Santibáñez, al agradecer el premio Embotelladora Andina-Coca Cola)

No es mi ánimo terminar mi intervención con una queja o un lamento. Sería ignorar las múltiples muestras de aprecio que he recibido en estos días, gracias a este premio y que me comprometen muy íntimamente en esta doble militancia que ha marcado toda mi vida profesional: periodista y profesor universitario, que las siento como una permanente incitación al optimismo y a la esperanza, incluso en los peores momentos de represión y restricciones.

Por eso creo necesario decirles a ustedes que cuando me preguntan cómo ha sido mi vida, cómo han sido estos años de entusiasmos y temores, de frustraciones y satisfacciones que he vivido desde que salí de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile, tengo que repetirles que han sido años de satisfacción, de realización personal muy grande.

Ha sido una vida que parece muy formal, pero que en definitiva ha sido una aventura constante, porque el periodismo es eso: una gran aventura, una gran ilusión y yo no cambiaría esta maravillosa experiencia -que me ha permitido vivir con el acelerador a fondo, formar una familia con una gran capacidad de comprender y amar ; me ha permitido conocer mundo, trabajar con los mejores equipos humanos que podía imaginar y, sobre todo, tener el afecto de ustedes- repito, no la cambiaría por nada en el mundo.

Muchas gracias.

25 de octubre de 2001.


[Índice] [1. Ser Periodista] [2. El 11 de septiembre y el Nobel] [3. Los medios y su circunstancia] [4. Un servicio indispensable] [5. "No me arrepiento de nada"]