Ser Periodista

(Primera parte del discurso del periodista Abraham Santibáñez, al agradecer el premio Embotelladora Andina-Coca Cola)

Queridos amigos.

Empecemos por el principio.

Nada hay más difícil, según mi experiencia, que intentar explicar por qué elegí el Periodismo como profesión.

¿Fue cuando niño, cuando hice mi primer diario mural, en el colegio de los salesianos de La Cisterna? ¿O en el Instituto Nacional, cuando mis compañeros del Sexto B de Humanidades me distinguieron por hacer lo mismo? ¿O más tarde, cuando en los fríos laboratorios de la Escuela de Química y Farmacia de la Universidad de Chile no hice otra cosa que dedicarme a la fotografía… y a los diarios murales?

¿O, acaso, el origen de todo está en mi hogar, donde no había periodistas, pero sí una insoslayable predisposición a la lectura que me legaron mis padres? Porque -lo recuerdo con cariño- me siento marcado desde mi niñez por las muchas lecturas: libros, libritos, librotes y diarios y revistas.

Hasta ahora, no tengo una respuesta clara. Pero sí sé y me emociona saberlo y repetirlo, que mi pasión por el periodismo se identifica plenamente con la primera frase del primer artículo del actual Código de Etica: "Los periodistas están al servicio de la verdad, los principios democráticos y los derechos humanos".

En esta frase está, creo, la esencia de la profesión, su mayor dignidad y también su rostro bohemio o, por lo menos, no convencional. Lo que nos ha unido en un mismo ideal desde los más remotos contadores de noticias a los periodistas "on-line", incluyendo de paso a nuestro aguerrido fraile de la Buena Muerte, que tantas ilusiones se hacía cuando empezó a dirigir La Aurora de Chile.

Hace casi 200 años, desde el primer editorial de La Aurora de Chile, Fray Camilo expresaba su convicción de que el periodismo es una constante lucha por hacer que los seres humanos tomen conciencia de su situación y de sus derechos. "La ignorancia de (los) derechos conserva las cadenas de la servidumbre, escribió. Los países han gemido bajo el peso del despotismo mientras han estado bajo el imperio de la ignorancia y de la barbarie".

Hoy lo decimos con otras palabras y podríamos tener mejores fundamentos científicos. Pero en el fondo creemos lo mismo: la información es una herramienta fundamental en el desarrollo humano y la convivencia democrática.

Y sobre eso, sobre la responsabilidad del periodismo en la permanente lucha del hombre por asegurar el ejercicio de la libertad y de los derechos humanos, a lo cual ahora cabe agregar explícitamente la denuncia y el rechazo del terrorismo, es que quiero hablarles hoy día.

Esta aventura de la mente y del espíritu merece, creo yo, un pequeño repaso. Siento que es mi obligación, aprovechar esta tribuna que tantos periodistas de prestigio ya ocuparon. Sólo espero estar a la altura de quienes me precedieron y de las expectativas que varios de ustedes me han planteado.

Volvamos a la dura realidad.


[Índice] [1. Ser Periodista] [2. El 11 de septiembre y el Nobel] [3. Los medios y su circunstancia] [4. Un servicio indispensable] [5. "No me arrepiento de nada"]