Editorial:

La real solidaridad con Cuba

Santiago, 29 de Febrero de 2004

Estimado lector:

Es mucho, desde luego, lo que se puede decir sobre la situación de los derechos humanos en Cuba. Más de lo que se dice en la columna que se incluye en esta edición (1). Pero, francamente, ahí me parece que está lo esencial: cualesquiera sean las razones que se invoquen –el bloqueo norteamericano es la más recurrente- nada justifica el constante atropello a las libertades y derechos básicos de las personas.

Sostener que el gobierno chileno debe “apoyar” al régimen cubano en la votación en la comisión de la ONU en Ginebra porque así lo dicta la solidaridad continental es haber olvidado lo que ocurrió no hace tanto tiempo en Chile. Y si no es olvido, es una inaceptable demostración de doble standard, un insulto a nuestra inteligencia.

Durante los años de la dictadura, la esperanza de millones de chilenos se afirmó en la convicción de que la libertad de expresión es la base de todas las demás libertades y la mejor garantía de la democracia. Hoy, sin embargo, aduciendo un hecho real –el bloqueo y las permanentes amenazas del gobierno de Washington- se nos quiere convencer de que los cubanos no tienen derecho a la libertad de expresión ni a la democracia. Que, además, se nos diga que la solidaridad latinoamericana está en juego resulta doblemente ofensivo: la verdadera solidaridad consiste en evitar el silencio y la indiferencia. La verdadera solidaridad consiste en dejar que el pueblo cubano tome maduramente sus decisiones en procesos electorales libres, secretos e informados. Nada de esto ha sido posible por más de cuatro décadas. Ni siquiera la prodigiosa tecnología de Internet ha podido romper el bloqueo informativo al que están sometidos los cubanos. Y sin embargo, una y otra vez, valientes voces de periodistas que casi no tienen recursos y que por cierto no están pagados por la CIA, han intentado cumplir con el mandamiento permanente de la profesión: informar “leal veraz y oportunamente” al pueblo.

No debemos aceptar que se descalifique estos esfuerzos. Ni que se pretenda torcer el voto solidario de Chile a fin de los enviados de la ONU verifiquen in situ la verdadera situación.

Abraham Santibáñez

(1): Ver artículo: Cuba: la situación no mejora

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