Los cien años de Zig Zag

Sin “pompa ni circunstancia”, como habrían lamentado los ingleses, tan apegados ellos a sus tradiciones, se cumplen en estos días (el 19 de febrero) los cien años de la fundación de la revista Zig Zag.

A propósito de la ocasión se han hecho algunos recuerdos. Menos, claro, que los que hubo con motivo del centenario de El Mercurio de Santiago, el año 2000, cuando hasta el propio Presidente de la República destacó la figura del fundador, el legendario hombre público Agustín Edwards Mac Clure, un visionario “chileno de 22 años que planteó los desafíos de Chile del siglo XX”.

Inquieto como era Edwards, apenas se consolidó el diario pensó en otros proyectos, el más importante de los cuales fue Zig Zag, una revista que innovó profundamente en el periodismo chileno. A lo largo del siglo XIX había habido numerosas aventuras informativas y de opinión en nuestro país, muchas de ellas en regiones. Pero eran, sobre todo, expresiones literarias, tribuna para poetas principiantes y ensayistas de variado nivel. Algunas de estas publicaciones tuvieron un fuerte impacto, pero necesariamente se movían en un ámbito reducido. Agustín Edwards, en cambio, pensaba en una revista semanal que dejara un recuerdo indeleble y para ello armó un equipo de primera categoría, con las mejores plumas de la época, los mejores ilustradores y, también, las mejores maquinarias capaces de imprimir en los mejores papeles disponibles en el mercado mundial. El propósito, según se anunció, era “probar que es posible producir en Chile, con éxito en todos sentidos, una publicación cuyos dibujos y grabados no sean en nada inferiores a los que ofrecen a públicos más numerosos las revistas ilustradas de los Estados Unidos, Francia e Inglaterra, y cuyo texto de lectura despierte el interés y sirva de solaz al mayor número posible de lectores...

Agustín Edwards quería, además, una revista ágil, moderna. Ello, según un cronista de la época, se resumió en las dificultades que tuvieron en la búsqueda de un nombre para la nueva publicación. Hasta que en una reunión del equipo directivo, alguien, sin darse cuenta, dibujó con el lápiz un trazo nervioso sobre el papel. “Ahí está, habría exclamado Edwards: Zig Zag”. Y así quedó. Por algo uno de los cercanos de Agustín Edwards Mac Clure, Carlos Silva Vildósola dijo a su muerte: “No era un hombre, era un huracán”.

Con motivo de este centenario sin que la revista esté de “cuerpo presente” –desapareció lastimosamente en la década de 1960, tras lenta agonía- se han recordado algunas facetas destacadas. “Así lo vio Zig Zag” fue una crónica de la vida social chilena por más de medio siglo. Igualmente se ha hecho notar que al alero de esta revista nacieron otras que marcaron el periodismo chileno a lo largo de todo el siglo pasado: El Peneca, Ecrán, Vea, Eva y que acogió más tarde a Ercilla junto a los “comics” de Walt Disney.

Llevado por sus múltiples inquietudes, Edwards exploró otros ámbitos. Incursionó en los negocios, en la política y ello lo llevó a la diplomacia, representando a Chile en varios países europeos y en la Liga de las Naciones.

Nunca se alejó, sin embargo del periodismo. Lo dijo el escritor Fenando Santiván: “Si (Edwards) no hubiera hecho otra cosa en su vida que fundar El Mercurio de Santiago y la revista Zig Zag, eso habría bastado para que pasara a la historia literaria como uno de los grandes impulsores de la intelectualidad chilena”.

Publicado en el diario La Prensa Austral de Punta Arenas el 19 de febrero de 2005

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