De amor y temor, de tinta y de práctica

  • ¿Cómo te fue?
  • Mal, no hubo muertos.
  • Te estás corrompiendo.
  • No. Me estoy profesionalizando.

El diálogo, parte de una novela, podría ser también un trozo del duro choque con la realidad de un estudiante de Periodismo cuando llega a hacer su práctica. En este caso, el medio es El Clamor, un ficticio diario popular, en el cual se pueden reconocer algunos rasgos característicos de El Clarín y el legendario Las Noticias Gráficas.

Tinta Roja, la novela de Alberto Fuguet, trata de un estudiante en práctica; El Joder y la Gloria, de Guillermo Blanco, de una estudiante en práctica en un canal de televisión. En De amor y de sombras, de Isabel Allende, el protagonista es un joven periodista que se inicia en la profesión. Crónica de un secuestro, de Gabriel García Márquez, es una obra maestra de la investigación, centrada en un grupo de periodistas colombianos que chocan -como sigue ocurriendo hasta hoy- con las fuerzas del narcotráfico y la guerrilla y son víctimas del secuestro, la violencia y la muerte. Emboscada en Fort Bragg, de Tom Wolfe, trata de periodistas interesados en descubrir la verdad de un crimen pero, empujados por el rating -Rey Ting, lo llama Guillermo Blanco- terminan por confundir fines y medios.

Sostiene Pereira, de Antonio Tabucchi, conocida por el cine y la televisión, en cambio, es una obra sobre el proceso de toma de conciencia de un periodista. Pereira nunca se comprometió, pese a vivir bajo una dictadura que no tenía contemplaciones, hasta recibir muy de cerca el impacto de los brutales métodos de la policía de Oliveira Salazar en Portugal a fines de los 30. Decide entonces hacer su propia proclamación de independencia.

Impacto en la conciencia

¿Qué tienen en común estos libros?

A primera vista, poco, aparte de referirse a la labor periodística.

Pero, como lo descubrió un grupo de alumnos a punto de egresar de la Escuela de Periodismo de la Universidad Diego Portales, en Santiago, en los seis libros hay situaciones en las que se pueden reconocer, reflexiones acerca de la responsabilidad de los periodistas y -en suma- un llamado profundo a sus conciencias que los estremece y hace pensar.

La suma de sus voces aisladas constituye, en buenas cuentas, un coro poderoso, como se verá a continuación:

Sobre De amor y de Sombras

“La novela se centra en la pérdida de voz del ciudadano común. En un epígrafe, al principio del libro, Isabel Allende declara el propósito de su novela: “Lo hago por aquellos que confiaron sus vidas en mí, diciendo: Escríbelo o será borrado por el viento”. (Mónica Infante).

“Es bastante difícil desprenderse de la mirada subjetiva cuando uno lee un libro. En lógica del texto eso se llama “círculo hermenéutico”, en él se produce un ir y venir, una entrega y un recibir mutuo y recíproco entre el libro que es leído y le lector. Funciona en tiempo presente y este libro aún lo está en mi cabeza. Todo esto para decir mi sensación: De Amor y de sombras es para mi el hecho tangible de mi cambio personal y, por qué no decir, crecimiento y madurez que he venido experimentando durante los años universitarios. Hoy, en quinto año, en mi ultimo semestre, puedo afirmar que mi visión de las cosas de la vida ha cambiado. Y ese hecho tangible es que este libro no lo hubiera comprendido (o, quien sabe, aceptado) como lo hago hoy”. (Alejandra Cuevas).

Sobre Tinta Roja

“Un excelente relato que muestra el lado turbio del periodismo. Ese periodismo tan criticado, como lo es la prensa amarilla o sensacionalista, pero a la vez tan fomentado por la morbosidad del público...que, sin reconocerlo, desea deleitarse con la desgracia ajena”. (Dominique Spiniak).

“Llama la atención que todos los personajes que trabajan en el medio son personas solas o que tienen una mala relación de pareja y muy expuestas a los vaivenes de la vida profesional....” (Rubén Blanco).

“Para un estudiante de Periodismo.... las aventuras de Faúndez y compañía son recibidas con igual asombro. Tal vez incluso con un poco de miedo. Y no por la sangre,..., sino por el hecho de sentirse ajeno a un lenguaje tan profundo, complicado y cerrado, que toma años en internalizarse, aprender y dominarse...

“El llegar a la práctica con las manos vacías, y comenzar a botar a la basura lo poco que se trae en los bolsillos no es cuento. Tal vez el de Alfonso (el protagonista) es un caso especial, ya que ni la forma de escribir enseñada era útil, pero no es extraño, ya que en las Escuelas de Periodismo no hay momento ni tiempo para tocar el tema de las fuentes, cómo estas se manejan realmente, las pillerías de las que hay que valerse y., sobre todo, los códigos de comportamiento y de ética que realmente valen a la hora de la verdad”. (Lucía Rojas)

“..Se puede percibir una suerte de reivindicación del periodismo amarillo, aquel que exalta la emoción, la morbosidad y todas aquellas pasiones más ocultas y sórdidas de los seres humanos dejando de lado todos los preceptos de ética y moral que se dictan en las cátedras respectivas en las escuelas de Periodismo. Además, se evidencia un menoscabo por la carrera universitaria del Periodismo y, en cambio, se eleva la vocación y el oficio por sobre los estudios y la técnica”. (Mónica Muñoz).

“Hay también otros aspectos que llaman la atención con respecto a la profesión. Por ejemplo, el ver cómo para ser periodistas, más que cinco años de universidad, se necesita tener “olfato”, una percepción especial. Esto se puede apreciar en el caso de (Saúl) Faúndez, quien a pesar de que nunca pisó una universidad, su instinto lo convirtió en uno de los “grandes” de la crónica roja...” (Sin embargo) ..”es la universidad la que hace del periodismo una profesión y no un oficio”. (María José Yolito).

“Para el estudiante de Periodismo, como para el profesional, resultan un tanto añejas y alejadas las situaciones que presenta Fuguet en su novela. El periodismo bohemio, aquel de noches en bares. mucho alcohol, pasión por la búsqueda del “gran golpe”... ha quedado en el pasado. Si no ha sido así... por lo menos ha disminuido la pasión con que lo enfrenta”. (Andrea Villarreal).

“A lo largo de la novela, el lector se va cautivando con este personaje (Faúndez), que a pesar de ser tan grotesco y ordinario en su trato, proyecta un afecto que es poco conocido en el mundo del periodismo. En éste más bien prima la envidia por sobre el compañerismo... La acelerada vida del chileno y la competencia laboral lo han llevado a ser incapaz de conmoverse... y menos darle una mano a un compañero que lo necesite... A través de Faúndez se vive un tipo de periodismo que, aunque sea amarillo o sensacionalista, es vivido intensamente y a diario por cada uno de los personajes que componen esta graciosa novela”. (Lorena Valenzuela).

Sobre El Joder y la Gloria

(Aunque de generaciones y estilos muy distintos. Fuguet y Guillermo Blanco tienen en común el tratamiento de las aventuras y desventuras de los estudiantes en práctica).

“El Joder y la Gloria describe como funciona o “se arma” un noticiero en un canal de televisión a través de dos personajes centrales: el editor, Spencer Barrueto -alias el Huascazo- y la Chopi, una joven alumna de Periodismo que llega a realizar su práctica profesional. Por medio de la relación que se establece entre ambos, se comienzan a relatar diversas situaciones que develan la triste realidad del departamento de Prensa.... De esta forma se construye un escenario que invita a reflexionar sobre el periodismo actual, fundamentalmente acerca de sus contenidos”. (Paulina Millas).

“Para Spencer, las noticias eran claras: fútbol, fútbol y más fútbol, acompañado de un poco de crónica roja y lo demás al llamado “Abanico” noticioso, es decir todo lo que tuviera que ver con noticias internacionales, guerras o un poco de cultura, era entregado al público en no más de quince o veinte segundos.... Ante esta cruda realidad, la practicante, la querida Chopi, decide en un principio rebelarse, tratando de convencer a su jefe que la cultura también es noticia, y que el fútbol hacía de los noticiarios verdaderos tonticiarios...” (Giorgios Marinakis).

“El capítulo “Un atchís para la historia” es notable. Aquí se cuenta la historia de un jugador de fútbol chileno en el extranjero (que claramente es Iván Zamorano) que tiene la osadía de estornudar. Este estornudo se transforma en noticia y se produce una revolución por las consecuencias que puede tener. Se entrevista al afectado por satélite para que confirme la noticia y por supuesto el futbolista dedica un estornudo inédito a los hinchas. Además se graba a tres senadores, 17 diputados, seis alcaldes y un ministro subrogante diciéndole: “Salú”. Y el despliegue continúa. Se entrevista al presidente del Colegio Médico para ver las posibles lesiones musculares (que puede producir por) el resfrío; al canciller para comprobar si el asunto pudiese crear conflictos con ese país, y a una serie de supuestos protagonistas de tan espectacular noticia. De esta forma el tonticiario está salvado...” (Paula Mobarec).

“Esta descripción imaginaria de la realidad puede sonar imbécil, pero si abrimos un poco los ojos se está casi cayendo en ello. Es cosa de ver cuántas veces se repiten los goles de primera división, la segunda y hasta la tercera. Por suerte que ahora no sólo se habla de fútbol, sino que se incorporó el tenis también”. (Constanza Cárdenas).

“El joder y la gloria revela y condena con oscura simpatía el periodismo comercial, subyugado a la dictadura del people meter, el rating y la industria televisiva. Se encarga a involucrar en el medio a los lectores desvistiendo ángulos condenables desde un punto de vista social y profesional...” (Carlos Montt).

“El libro no es fácil de leer. No por su profundidad, sino por la redacción. Utiliza un lenguaje demasiado chileno, que hace lenta la lectura. Es más bien para leerlo en voz alta y con alguien más para ir comentándolo....” (Stephanie Hammersley)

“El Joder y la Gloria nos revela un periodismo cuyo fin primero, segundo y tercero es lograr la más alta sintonía a como dé lugar, sin percatarnos de los excesos, de lo sensacionalista, de lo amarillo o rojo en que podamos llegar a convertirnos. Pero también da a conocer a una audiencia que accede y autoriza a la televisión a comportarse de esta forma: telespectadores pasivos, ignorantes, que no buscan cambios, sino que aceptan sin reclamo. Frente a esto, el autor hace un evidente llamado de atención a todos aquellos que trabajan en esta profesión y su discurso se centra tanto en la forma de trabajo como en los mensajes que enviamos al público....” (Rosita Fuenzalida).

Sobre Emboscada en Fort Bragg

“El horrendo crimen de que es víctima un soldado homosexual de la base del Ejército de Fort Bragg y el tratamiento que sobre el hecho hace un medio televisivo son la base del texto de Tom Wolfe, también autor de la Hoguera de Vanidades. En Emboscada en Fort Bragg, nos introduce en dos mundos muy particulares y con lógicas de comportamiento muy establecidas: el mundo castrense y toda su retórica de rangos, autoridad y lealtades, y el mundo de los medios de comunicación de fin de siglo, dominados por los intereses comerciales antes que el interés periodístico”. (Francisco José Sagredo).

“Desde el punto de vista ético, uno podría plantearse que la labor de estos “paladines” de la televisión policial es un trabajo excepcional. Consiguen lo que la justicia no había podido realizar, y en el fondo aclaran un crimen que si no fuera por su participación, quedaría en la impunidad...

“No obstante, la ética impone que no sólo el fin sino los medios para conseguir algo sean coherentes.... Y aquí es donde en la historia se comienzan a dar las contradicciones. Se utiliza una serie de artefactos técnicos para grabar conversaciones que son privadas. Se falta así gravemente a la intimidad de las personas.... Finalmente el libro termina mostrando el resultado de la investigación y es aquí donde se comete el delito más flagrante y que es realizar un montaje -llámese edición- del material conseguido. Nunca los criminales reconocen explícitamente el delito. Sin embargo, gracias a la técnica, a los insertos, a las tomas y a un libreto excesivamente opinante, se termina haciendo creer a los televidentes que están frente a asesinos confesos...” (Anneliese Kutscher).

“El tema me parece totalmente contingente y acorde, no sólo con la realidad de Estados Unidos, sino con países tan distintos como el nuestro. Es conocido dentro del ámbito periodístico que muchos programas o notas no son la realidad, sino (solo) una parte de ella. Al no contar todos los hechos, sobre todo porque la verdad no nos conviene del todo, indudablemente que los periodistas nos estamos olvidando de la ética y de cómo ejercer el periodismo. Sin embargo, para nadie es sorpresa oír que esta práctica es habitual en muchos medios de comunicación.... Es por esto que los periodistas no podemos quejarnos del trato que se nos da dentro de la sociedad... Está en nosotros revertir este proceso...” (Paula Calvanese).

Sobre Noticia de un secuestro

“La idea del libro surgió cuando una periodista que estuvo secuestrada por los narcotraficantes, y su esposo, se acercan al escritor en 1993 para (pedirle) que relate la trágica experiencia que había vivido, como una forma de que el mundo supiera lo que estaba pasando en su país...” (Catalina Ibáñez).

“Se podría decir que Noticia de un secuestro representa un compromiso ético del autor, quien debió sacrificar recursos novelescos y poéticos a cambio de realizar un documento inobjetable de los acontecimientos, y una exposición de la durísima realidad colombiana en la década del ‘80, en la guerra que realizaba el gobierno y el mundo entero contra el narcotráfico a manos de Pablo Escobar”. “...Los secuestrados y familiares de Noticia de un secuestro tienen nombre, identidad y desarrollo emocional. Son personajes temblorosos y heroicos. Pero no solo ellos quedan plasmados en la pluma del escritor, también se refleja la realidad psicológica de sus carceleros, séquito del rey del narcotráfico”. (Francisca Rusque).

“García Márquez examinó el material escrito en el cautiverio, habló con los protagonistas, revisó la información, en parte revivió cada uno de los secuestros. Penetró en la psicología que utilizaron los secuestradores: “La condición común era el fatalismo absoluto... Las disculpas que se daban a sí mismos por su oficio abominable era ayudar a su familia, comprar buena ropa, tener motocicletas y velar por la felicidad de la madre, que adoraban por encima de todo y por la cual estaban dispuestos a morir...” (Constanza Pizarro).

“Lo notable del libro de García Márquez es que logra combinar la narración de una serie de sucesos históricos ocurridos en la década de los 90 en Colombia con el tono inconfundible de un gran escritor de ficción. Esta “novela de no ficción” lo aleja de sus trabajos anteriores puramente novelados sobre la base de la ficción. Lo de García Márquez en Noticia de un secuestro es periodismo literario, donde lo relevante, más allá de la noticia es el protagonista y sus sentimientos”. (Carolina Urrejola).

“Al leer Noticia de un secuestro es inevitable sentir temor por todos aquellos quienes se han dedicado al duro trabajo del periodismo. Esto nos hace reflexionar ante la cantidad de riesgos a los cuales se está expuesto en una profesión que muchas veces es ingrata, no ve horarios ni fines de semanas, como tampoco los días en rojo del calendario. ..

Noticia de un secuestro nos hace reflexionar sobre tantos aspectos de la vida cotidiana tales como la lealtad, el egoísmo, el amor, el profesionalismo, la justicia y la muerte. Es una obra literaria... que se ha transformado en una ventana hacia un mundo escondido...” (Paula Donoso).

“Nunca es tarde para que los periodistas o los alumnos de la carrera le demos una mano a la sociedad, a través de lo que escribimos. La idea es que el propósito de nuestras redacciones no se quede anquilosado en el papel, sino que pase a ser acción. El convencer está directamente relacionado con el hacer. La obra de García Márquez es una prueba fehaciente de ellos”. (Vilma Vega).

“Esta obra es una pieza clave en la renovación del periodismo nuevo en profundidad que nuestro continente necesita para crecer en más democracia y libertad. ...Al ver cómo son secuestrados los periodistas por los narcos extraditables para negociar con el gobierno, uno siente el peso de lo que significa comunicar. Debemos asumir de una vez por todas la responsabilidad de jugar un rol activo en la formación y liderazgo de opinión en nuestra patria, tal como ocurre en una sociedad que tiene cientos de problemas más que nosotros. Colombia, sin prensa como la que tiene, probablemente habría desaparecido como nación civilizada.... García Márquez es una oportunidad inmejorable para aprender a contar y vivir la verdad más propia, sincera y sobria, para que nunca pase en Chile lo que este libro cuenta”. (Jaime Baeza).

Sobre Sostiene Pereira

“Esta obra es un claro reflejo de la situación histórica vivida en Europa y específicamente en Portugal en los años 30, entre las guerras mundiales. No es un texto completamente histórico, pero entre líneas va reflejando las distintas posiciones y posturas políticas que dividían la mentalidad europea. Sin ser un libro político, con críticas definidas, permite entrever la situación... La censura, el autoritarismo, totalitarismo, fascismo y guerras civiles se presentan en el relato”. (Paula Antúnez).

“La obra... nos cuenta la historia de un veterano periodista, Pereira, que se encuentra a cargo de la página cultural de un mediocre diario, el Lisboa. Viudo y solitario, su vida transcurre entre la lúgubre redacción del suplemento semanal, su casa y la tortilla de finas hierbas que come en un oscuro restaurante. Su vida social se remite a los escasos contactos con el director del diario, la portera de su casa y el mozo del bar que, extrañamente, lo mantiene al día de lo que ocurre en el mundo...

“De pronto aparece en la vida de Pereira un joven periodista, Monteiro Rossi...” (Paula Susacasa),

“Monteiro Rossi es quien da pie a que la historia se desarrolle y creo que este personaje refleja la forma como Pereira siempre quiso actuar...

“Creo que para un estudiante de Periodismo este tema es muy importante, ya que como nosotros somos jóvenes y no vivimos en carne propia las restricciones que tuvo la prensa en Chile... es interesante saber de qué manera se maneja el filtro de noticias por parte de los militares y cómo repercute ello en toda la sociedad”. (Hisham Hasan).

“Según la propuesta del autor, el autoritarismo no deja opciones. Es imposible convivir con él para toda persona que tenga sentido de la dignidad humana. La protesta de Pereira se manifiesta a través de una serie de acciones, muchas de ellas pacíficas y cotidianas, algunas extremas y desesperadas, que de a poco lo llevarán a la transgresión total de las absurdas consignas del régimen totalitario, a la reivindicación de la libertad que es directa consecuencia de un planteo ético”. (Lorena Mollenhauer).

“Sostiene Pereira es un llamado constante a la conciencia dormida de muchos periodistas y a la formación ética de los que estudian la profesión. El viejo reportero simboliza el miedo al compromiso que debe guiar a todo periodista y al mismo tiempo el cuestionamiento a ese temor.

“Página a página se construye un personaje que desde sus debilidades sabe asumir -no exento de dolor- los cambios que sufre su persona y su sociedad. Pereira es la historia de un converso, de un periodista que descubre la vida de las palabras....

“La historia de Pereira nos llega muy cerca. Cuando la libre expresión es reprimida, cuando todos enmudecen, la voz de los periodistas es la única que puede romper ese silencio. En Chile muchos así lo demostraron y a pesar del miedo y de la muerte que cayó obre ellos, siguieron informando, precisamente, como lo hizo Pereira entre líneas”. (Delia Pizarro),