Telesur: ¿la misma vieja historia?

Con destacable prudencia, el Miami Herald recordó que “Venezuela no es Cuba”. Tampoco hay que confundir a Hugo Chávez con Fidel Castro. La afirmación, que podría parecer de Perogrullo, la hizo a propósito de la reacción –que consideró exagerada- de algunos sectores norteamericanos frente a Telesur, el nuevo canal , autocalificado de “espíritu bolivariano y continental”, financiado fundamentalmente por Venezuela.

La emisora, que podría verse por el cable en todo el continente, se apoya en un diagnóstico que muchos compartimos: la visión unilateral con que se entregan las noticias internacionales en la televisión. Aunque en la actualidad la pantalla está claramente dominada por la CNN, hay opciones: en todo Chile en el cable se pueden ver dos canales españoles, por lo menos dos canales argentinos, la televisión francesa, la BBC y la Deutsche Welle. En algunas regiones se tiene acceso a canales de Bolivia, China Popular y algunos de origen árabe. Pero no hay, como pretende lograrlo Telesur, una emisora que pretenda reflejar al mismo tiempo, la diversidad y las coincidencias, especialmente culturales de nuestro continente. Dicho en sus propias palabras, “desarrollar un nuevo paradigma comunicacional para Latinoamérica”.

Como se ha recordado en más de un comentario, el propósito se parece mucho al que guió –en los años 70- la propuesta del “Nuevo Orden Informativo”, que también partía de un diagnóstico correcto: la unilateralidad de la información internacional, pero que ofrecía una receta equivocada: la alianza entre agencias oficiales, incluyendo la de los países de la órbita soviética.

Ahora, sin embargo, la situación es diferente.

Como apuntó The Miami Herald, al equiparar a Chavez y Castro, también se está implicando que el estado de la prensa es similar en Venezuela y Cuba en circunstancias que, pese a las dificultades, el periodismo venezolano sigue siendo vigorosamente libre. Además, el periodista y profesor universitario John Dinges recordó que también son socios de Telesur, junto a Venezuela, Argentina, Uruguay, Cuba y eventualmente Brasil. “Lo que menos necesita Estados Unidos, sostuvo, es ponerse a pelear con esos países”.

Tan diferente es la situación con respecto a la segunda mitad del siglo pasado, que uno de los primeros acuerdos en que se empeñó Telesur es con Al-Jazeera, la emisora áraba que surgió como respuesta a la CNN. "Hay una posibilidad de lograr un acuerdo con Al-Jazeera, pero nuestro interés más que todo, está en buscar mayor diversidad y visiones más profundas sobre los temas", anunció su presidente, Andrés Izarra.

Los buenos propósitos, sin embargo, no bastan para asegurar un buen resultado.

En la prehistoria del periodismo (hace poco más de medio siglo), cuando los buques insignia de las escuadras informativas eran los diarios y las agencias informativas, el peronismo creó la revista Continente, para hacerle el peso a las Selecciones del Reader’s Digest y luego Cuba lanzó Prensa Latina. Continente no prosperó y Prensa Latina nunca fue realmente competitiva, igual que todas las agencias de signo estatal. Una programación “comprometida con la integración, con la promoción de la democracia participativa, el desarrollo humano, la solidaridad entre los pueblos, la conformación de un mundo pluripolar....” no parece mala idea, pero hasta ahora, por los ejemplos que conocemos, la propaganda ha terminado siempre por ahogar al periodismo.

No hay razón para creer que Telesur tenga una suerte diferente.

Publicado en el diario El Sur de Concepción el 1° de Agosto de 2005

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