De predicciones y tecnología

Columna Tecnológica por José Miguel Santibáñez

Isaac Asimov, prolífico escritor de ciencia ficción que me hizo soñar con la tecnología cada vez que leí sus libros, tenía la idea que era posible establecer las ecuaciones del comportamiento humano. Mucho antes que se popularizaran las teorías de los sistemas no lineales (más conocidas como teoría del caos), en su premiada trilogía "Fundación", Asimov sostenía que si bien no era posible determinar el comportamiento de un individuo preciso, si se podían establecer las condiciones generales, que -al igual que en el cauce de un río- permitieran establecer para donde se iba a mover la gran masa, independientemente de las partes que lo componen. Llamaba a esa teoría la "psico-historia".

Incluso en 1955 llegó a escribir la historia "Sufragio Universal" donde -en un futuro año 2008- su supercomputadora favorita "Multivac" (algo así como un gran multiprocesador distribuido con inteligencia artificial) hacía algunas preguntas a un elector escogido al azar y con ello era capaz de pronosticar las tendencias políticas y decidir, de una manera rápida y confiable, quien sería el próximo gobernante de Estados Unidos. La gracia, claro, era que no le preguntaba que candidato prefería, sino temas cotidianos, como podría ser la opinión respecto del alza de la bencina o si le gustaba determinada fruta.

Recordé el cuento en esta tarde de elecciones, al escuchar diversas alabanzas al trabajo predictivo realizado por Radio Bio Bio en la primera vuelta presidencial. Según se explicaba, la radio había tomado los resultados de las elecciones de 1999, luego había generado correlaciones según votos en distintas mesas, y contabilizadas más o menos el 3% de las mesas, había lanzado una predicción con menos de una centésima de error... Y que ahora, al aplicar el mismo principio, pero en función de los datos anteriores, intentaron hacerlo nuevamente... El resultado final, esta vez, tuvo más de un punto de diferencia (predijeron una diferencia entre candidatos de un 5.6%).

En la noche, mientras se esperaba el discurso de la presidenta electa, volví a recordar el cuento, esta vez, muy orgullosos de si mismos, los conductores del noticiero del canal estatal, informaban que 30 horas antes, ellos habían hecho una predicción  cuyo error fue de menos de cinco centésimas porcentuales... Y un poco antes de eso, el jueves 12, Mori pronosticó 6 puntos porcentuales de diferencia...

Y eso, claro, sin considerar la cantidad de opinólogos que lanzaron diversas cifras al aire (en función de los más diversos sistemas "predictivos", desde inspiración divina, pasando por lectura de las hojas de té, hasta complejos sistemas de correlación de datos) y algunos (los más vivos) lanzaron cifras diferentes en distintas partes, como para asegurarse que al final, podrían mostrar que en alguna se acercaron razonablemente...

Al final, afortunadamente, casi todos los pronósticos volvieron a resultar equivocados. El factor humano (caótico!) sigue siendo impredecible... Aunque claro, las tendencias si se sostienen... Las diferencias entre el primer cómputo (66% de las mesas) respecto del último (99% y más) fueron mínimas, tanto en la primera vuelta como en la segunda... Y eso va a seguir alentando a los pronosticadores a buscar la "mesa filosofal", aquella que en cuanto cierra, obtiene los mismos resultados que el país... (o el algoritmo que permita convertir el cierre de unas pocas mesas en un resultado razonable).

Por mi parte, y siendo fanático de la tecnología, aún prefiero que seamos nosotros quienes elegimos, aún cuando podamos cometer errores.

Notas:

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