Día del e-Book.

Columna Tecnológica por José Miguel Santibáñez

Recordando que el 23 de abril de 1616, es la fecha en que murieron Cervantes y Shakespeare (aunque no murieron el mismo día, más datos en: http://jms.w.cl/cal) se celebró el día internacional del libro y del derecho de autor. Bajo la consigna: "Regale un libro y una rosa", que andaba en la solapa de los libreros, se instaló una carpa frente a la municipalidad de Santiago, donde se ofrecían libros de diversa índole, desde "sudoku para niños", hasta "el kamasutra moderno ilustrado" y desde "dos biblias por $4500" (o al menos eso me pareció entender) hasta lo más variado del mundo esotérico.

Por supuesto, no tiene la magnitud de las grandes ferias del libro de las capitales culturales del mundo y claramente, mucho de la oferta se repite en uno y otro stand, pero una vez más, se echan de menos los medios digitales.

Ya en una columna anterior (Bibliotecas Digitales) comentaba algunas ventajas de los e-books, y creo conveniente profundizarlos.

Un ciber-conocido andaba preocupado buscando un libro de lectura complementaria, que le exigían a su hija. Simplemente el libro parece no existir en el mercado. No, no es flojera ni tacañería, mis amigos libreros (de los de San Diego) siempre me comentan lo perdidos que parecen andar algunos profesores, pidiendo los mismos libros de antaño, sin percatarse que están descatalogados.

¿No sería práctico, que el colegio adquiriera una licencia amplia y le entregara a todos los alumnos, un e-Book con la versión que les interesa que sea leída? O si, es cierto, no todos los alumnos tienen computador, pero ya casi todos los colegios tienen sus laboratorios de computación y, por último, están las bibliotecas del barrio... Y si sólo les interesan algunos capítulos, incluso los alumnos podrían imprimirlos...

Siguiendo ese camino, también están los textos de estudio, y sus cuadernos de ejercicios. Cada texto, tiene un costo que oscila entre los 10.000 y 15.000, siendo más de uno al año... Si se hicieran versiones "livianas" (es decir, que no requieran muchos recursos) incluso se podrían ver y trabajar en esos computadores refaccionados que están a la venta por menos de $100.000.- (o en una PDA de $25.000)

Un e-Book debiera ser barato, al ahorrar toda la impresión, bodegaje, transporte y espacio en la tienda, se pueden bajar los precios más allá, incluso, de lo que podría significar una eventual liberación del IVA para los libros. Un e-Book permite una relación más directa entre escritor y lector. Un e-Book permite rescatar del olvido a muchos libros que, aparentemente, tienen pocos interesados. Un e-Book no se deteriora, se puede traspasar sin pérdida.

Los e-Books debieran permitir un ahorro considerable al estado (y sus diferentes actores) para los procesos educativos y de alfabetización. Ya sea por ahorro directo, o al menos por ampliar el abanico de posibilidades.

Y como decía en la columna anterior, no creo que los libros vayan a morir. Tienen un encanto propio, nada reemplazará el olor del papel, o su color mientras se lee a última hora de la tarde. Siguen siendo más portátiles (al menos mientras no se masifiquen las PDAs), más cómodos, más fáciles de seguir y volver. Los e-Books no amenazan el mercado de los libros, por el contrario, lo expanden. Permiten que la gente disfrute más textos, que pueda ejercer más fácilmente su derecho a elección (decidiendo que leer y que no).

Debiera llegar el día en que celebremos al e-Book. Y ese día no tiene porque entrar en conflicto con el del Derecho de Autor.

Finalmente, quiero decir que me gustó la idea catalana de regalar un libro y una rosa... aunque curiosamente, no vi a nadie vendiendo rosas...

Volver al Índice