Edición del 08 de Febrero de 2015
La obligación de la mujer del César de ser honesta, sino también parecerlo, abarca, por lo menos, a todo el ámbito familiar del gobernante.
Podría ser una caricatura, pero no lo es: en Venezuela el problema no es el complot en su contra que denuncia permanentemente el Presidente Maduro. Tampoco el desabastecimiento.
Visceralmente más desconfiada que su marido, Cristina Fernández nunca miró con buenos ojos al diario Clarín. Cuando Néstor Kirchner era Presidente, ella no aprobaba la cercanía que tenía con el propietario del diario, Héctor Magnetto.
Capitanich escaló a una máxima irresponsabilidad con un acto de violencia simbólica que abre las puertas a que otros la transformen en real.
Cuando Enrique Ramírez padre sintió las primeras palpitaciones del futuro Gasparcito en el vientre de Maribel, su mamá, lo llamó "El Doctorcito".
Historias cortas para el registro.
Tal y como fueron dichas...
" ... antes eras Chévere." (así termina siempre el meme con Bart Simpson).
Correspondencia recibida desde nuestra edición anterior.