Edición del 05 de Diciembre de 2010
Impera una máxima periodística: "Nadie lee los desmentidos".
Ante el escándalo mediático provocado por Wikileaks, es probable que el viejo y querido Gregorio Selser se hubiera encogido de hombros y comentado: "Ninguna sorpresa. solo una raya más al tigre".