Los agridulces recuerdos de Hillary

El libro de Hillary Clinton ("Living history") se ha convertido en un fulminante súper-ventas.

No está, obviamente, a la altura de Harry Potter, pero con diez ejemplares vendidos por hora en la librería "Politics & Prose" de Washington, va muy bien encaminado. En la era del imperio del reality show y las lágrimas en pantalla es fácil comprender las razones de este éxito. A todo el mundo interesan los enredos conyugales. Más todavía cuando se trata de figuras conocidas nacional e internacionalmente. La "prominencia" es, en el abecedario del periodismo informativo, uno de los elementos que hacen más noticia una noticia.

A lo largo de 562 páginas, tiene espacio como para abordar muy variados temas. Pero, sobre todo, se explaya sobre su experiencia en la Casa Blanca. La escena culminante es la del 15 de agosto de 1998, cuando su marido, abrumado por el acoso de la prensa y del fiscal Kenneth Starr, le explicó en detalle lo que había ocurrido con Mónica Lewinsky. Debido a una filtración periodística, este es el momento que primero conocieron y quizás el único que recordarán millones de personas en Estados Unidos y en el mundo entero. Al describir la conversación, la segunda en pocos meses sobre el tema, Hillary anota su propia reacción, mezcla de furia y humillación: quise "torcer el pescuezo de Bill".

El libro, naturalmente, contiene mucho más.

Según el comentario de Matt Drudge, el más indiscreto periodista político de Washington, es "un poema de amor, un documento político, un diario de viajes y un programa de campaña". Lo primero, porque, junto con destacar la persistencia como la principal cualidad de Bill Clinton ("me pidió una y otra vez que nos casáramos") a fines de 1998 ella misma estaba decidida "a salvar nuestro matrimonio". Es, igualmente, un documento político, porque profundiza en los problemas que enfrentó el gobierno de Clinton, en especial la fracasada reforma de la salud y el efecto negativo que tuvo la investigación sobre los presuntos negociados de Whitewater.

En definitiva, por lo que ha trascendido, la obra de Hillary Clinton la muestra como una mujer de profunda vocación política. No fue, simplemente, una "primera dama", ni piensa ser solamente "la esposa de". Aunque la evaluación de su labor como senadora por Nueva York es ambigua, ha logrado generar un intenso debate en torno a su eventual candidatura a la presidencia en 2008. Del libro, según el análisis de "The New York Times", se desprende que cualquier proyecto político de mayor envergadura requiere que despeje todas las zonas oscuras de su pasado, especialmente su accidentada relación matrimonial. Para ello falta tiempo todavía. En una entrevista con la revista "Time" sostuvo que lo está "pasando muy bien como senadora" y que no tiene "intención de ser candidata a la presidencia".

No sería la primera vez que un político -hombre o mujer- no cumple una promesa. De hecho, para muchos, este libro, tan bien recibido por los lectores (y/o votantes), podría ser sólo un eslabón en una cadena que no termine en el Senado.

Publicado en el diario El Sur de Concepción y La Prensa Austral de Punta Arenas el sábado 14 de junio de 2003

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