Editorial:

De nuevo los cuidados excesivos del sacristán...

Santiago, 2 de Junio de 2002

A estas alturas se puede asegurar que el gobierno del Presidente Lagos, encabezado por el mejor comunicador de la Concertación, sigue teniendo problemas -a veces graves- en materia de comunicación. Su imagen externa es mucho mejor que la interna. En Europa lo aplauden. Pero vuelve a Chile y se encuentra con múltiples manifestaciones de rechazo, no siempre justificadas. Algo me dice que, por lo menos aquí, los sacristanes lo están aconsejando de manera inadecuada.

Cuando ocurre una emergencia, como la de los temporales del 24 de mayo, el gobierno proyecta la imagen de que sólo se preocupa de evitar los anegamientos en las casas -lo que está bien- pero que no le interesan los problemas en las calles, que también afectan dramáticamente a miles de personas.

Ya se vio lo ocurrido el 21 de mayo: una cuidadosa operación centrada en las personas, se perdió por la mala información previa, sin contar con lo que -por lo menos a juicio de este comentarista- fue un error al mostrar a una víctima (real o supuesta) en medio de un conjunto positivo de personas.

El problema, ahora, fue la mala reacción frente a la denuncia de que el PPD había despachado a cargo de la presidencia de la Cámara de Diputados los miles de cartas en favor de la candidatura interna de Guido Girardi, connotado denunciador de escándalos de esta plaza.

La suma de hechos, hasta llegar al reconocimiento, del ministro Heraldo Muñoz, de que había habido ”un error”, aunque no una “ilegalidad ni una irregularidad”.-lo que es discutible- es la siguiente:

  1. Se hace pública la denuncia.
  2. Se reacciona en varios planos:
    1. la presidenta de la Cámara dice que hay una conspiración en su contra.,
    2. el Presidente de la República dice que esto hace necesario aprobar de una vez por todas la ley de financiamiento de los partidos políticos.
    3. El PPD, en ausencia de Girardi del país, anuncia que siempre estuvo dispuesto a pagar, pero que lo hará en cómodas cuotas.
  3. Vienen nuevas andanadas en contra, frente a lo cual, finalmente:
    1. Nadie objeta la denuncia, aunque se insiste en que hubo errores en Correos, al aceptar un cargo sin saber quién lo autorizaba realmente y por haber “filtrado” el documento acusatorio.
    2. Guido Girardi, de regreso al país asegura que se pagará de inmediato.
    3. Como ya se dijo, se insiste a nivel oficial que hubo “un error”.

Todo esto merece algunos comentarios.

  1. Desde luego, lo más importante es la confirmación de la vieja sabiduría de siempre: quien hace denuncias debe cuidarse más que nadie. No conviene tener tejado de vidrio.
  2. La argumentación oficial es dudosa. No se puede decir que se trata sólo de “un error”. Es cierto que no hay una ilegalidad flagrante. Pero es evidente que hubo una irregularidad. Y que hay un tema ético involucrado.
  3. La reacción presidencial no fue buena. En el tema del financiamiento de los partidos y las campañas no se había mencionado hasta ahora este tipo de situaciones, difíciles de manejar, que no afectan a una colectividad sino de un grupo en su interior. Tiene que ver, también, con la forma cómo se manejan los acuerdos dentro del Congreso, lo que difícilmente puede ser regulado al detalle por una ley.

Todo hace pensar que en estos problemas de comunicación y de imagen las dificultades surgen cuando se trata de imponer una determinada visión obviamente triunfalista, que confía más en los continentes que en los contenidos. El Presidente Lagos siempre ha dado, en lo personal, una imagen de honestidad y de buena disposición frente a los problemas más acuciantes de las personas. Un exceso de maquillaje podría volverse, sin embargo, en su contra.

Abraham Santibáñez