Jesús en el laboratorio

A usted se le ocurriría que es posible "clonar" a Jesús?.

Aunque compleja, esta interrogante tiene una respuesta fácil: la enorme mayoría de la gente diría que no. ¿Razones?

  1. poca gente entiende siquiera el concepto de clonación,
  2. quienes lo entienden aceptan que hay una enorme barrera ética que se opone a la clonación humana y
  3. ante una figura como Jesús, cualquiera sea la creencia personal, se impone el respeto más elemental, lo que en términos tradicionales se llamaba "el santo temor de Dios".

Pero, por supuesto, hay quienes han pensado el tema.

A comienzos de mes, un discreto cable de la agencia italiana Ansa, aseguró al mundo que un médico brasileño, coordinador del Primer Encuentro Internacional sobre el Santo Sudario, había asegurado que es "imposible clonar un nuevo Jesucristo a través de las células encontradas en ese manto porque están muertas". El especialista, José Humberto Cardoso Resende, explicó que no tiene dudas acerca de la autenticidad del sudario y que la sangre pertenece a Cristo, pero, agregó, "eso no permite una eventual clonación, porque actualmente las técnicas usan células vivas y las encontradas están muertas".

El novelista norteamericano que se escuda en el seudónimo de John Case piensa de otra manera.

En una novelita de esas que se producen por miles en Estados Unidos y que gozan de breves espasmos de popularidad, "The Genesis Code", planteó en 1997 la inquietante posibilidad de la clonación de Jesucristo, precisamente a partir de células tomadas de reliquias, entre las cuales posiblemente estaba el Santo Sudario. La suya es una obra confeccionada al pie de la receta de los best-sellers y por lo tanto incluye un grupo fundamentalista católico que no se detiene ni siquiera ante el crimen, grupos internacionales de poder y, por supuesto, un genio trastornado, que es el cerebro científico de la operación, un médico italiano llamado Ignazio Baresi. Es a él a quien se le ocurre, desde un cargo de consultor para el Vaticano, que consistía en demostrar la autenticidad o no de las reliquias de santos, la posibilidad de hacer un clon de Jesús. La trama, por supuesto, es mucho más compleja que este breve enunciado y mezcla los elementos científicos con los religiosos y las enormes ganancias que todo el mundo entiende que hay tras el negocio de las nuevas tecnologías, especialmente la genética. No está de más recordar que hasta ahora, el único científico que ha proclamado abiertamente su voluntad de clonar seres humanos es precisamente un italiano, el ginecólogo Severino Antinori. Hace un año, en agosto, anunció su decisión de clonar un primer ser humano en el curso del 2002. Esta semana, luego que se anunció en Corea del Sur la gestación de un bebé clonado hace dos meses, trascendió que en noviembre nacería un ser humano (?) clonado por Antinori en Qatar.

Como es de esperar, en la novela el bien termina triunfando sobre el mal... al menos temporalmente. Que es, en definitiva, lo mismo que dice el médico brasileño Cardoso Resende: las técnicas actuales de clonación sólo sirven en el caso de células vivas. Pero nadie sabe, realmente, lo que puede ocurrir en el futuro...

Publicado en el diario El Sur de Concepción el Sábado 27 de Julio de 2002

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