Autorregulación ética

En noviembre de 1991, el Consejo de Etica de los Medios de Comunicación emitió su primera sentencia. El diputado Carlos Dupré había reclamado contra la revista "Qué Pasa" por dos artículos en los cuales advertía "una intención de desprestigiarlo". El consejo, mediante un acuerdo tomado por la unanimidad de sus integrantes, desestimó la acusación, sosteniendo que se trataba de opiniones, vertidas "en situaciones que por su naturaleza son opinables". Al mismo tiempo, sin embargo, recomendó a la revista que "en lo posible, es decir cuando no haya secreto periodístico de por medio, identifique claramente la fuente de las opiniones que se transcriben o de los hechos que narra cuando no son de acceso público a fin de que los receptores puedan apreciar por sí mismos su calidad o verosimilitud" (Resolución Nº 1).

Diez años después, en diciembre de 2001, ante una denuncia de Ricardo de la Fuente, en ese momento director de Producción de Canal 13, respecto de una información publicada en el diario "La Hora", que anunciaba su eventual salida del medio, el consejo estimó que no había falta a la ética. Pero consideró igualmente que debía "reiterar su recomendación de que debe evitarse en lo posible la atribución a fuentes no identificadas. Ello siempre constituye un riesgo y afecta la credibilidad del medio" (Resolución Nº 102).

Como se puede apreciar, resulta evidente que, a pesar de los muchos cambios que ha sufrido la sociedad chilena en una década y la aparición de nuevos medios y de poderosas herramientas tecnológicas al servicio del periodismo y la comunicación, hay problemas éticos que persisten.

Esto podría ser un motivo de desolación para quienes pusieron en marcha el Consejo de Etica de los Medios de Comunicación. Pero también es un incentivo para quienes creen en él y en su función de autorregulación en momentos en que ha entrado en una nueva etapa. Debido a la renuncia de Arturo Fontaine Aldunate, su primer y único presidente, se hicieron algunas modificaciones a su reglamento y, como era obvio, se designó un nuevo presidente... presidenta, en rigor. Ella es María José Lecaros, integrante del Consejo desde su creación, periodista y académica, en cuyo caso no es un lugar común describirla como una persona de "vasta experiencia".

El jueves, en la sede de la Asociación Nacional de la Prensa, los presidentes de la ANP, Carlos Schaerer; de la Archi, César Molfino, y de Anatel, Jaime Bellolio, quien además encabeza la Federación de Medios, solemnizaron con su presencia la informal ceremonia en que asumió María José Lecaros. También se ratificó la incorporación de los nuevos integrantes: el ministro Alberto Chaigneau, y Manuel Valdés y Bernardo Donoso, como representantes de los medios audiovisuales.

Como muestran los ejemplos citados, en este tiempo el Consejo no ha logrado erradicar algunos hábitos como la inveterada costumbre de algunos medios de no identificar las fuentes de sus informaciones o juicios. Pero, al mismo tiempo, ha creado conciencia de que la libertad de prensa es un bien tan valioso, que para garantizarla los medios deben dar muestras de su capacidad de actuar responsablemente. Y que si necesitan reconocer públicamente sus errores y denunciar las transgresiones a la ética, lo mejor es hacerlo voluntariamente, sometidos al criterio de un grupo de personas a las cuales se le confía la delicada responsabilidad de la autorregulación.

Publicado en el diario El Sur de Concepción el sábado 14 de septiembre de 2002

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