Recuerdos de Estocolmo

Estamos volviendo a renacer”. Dramáticamente sencillas fueron las primeras palabras de Clara Rojas. Estaba dando las gracias, en su nombre y el de su compañera, Consuelo González, al Presidente Hugo Chávez por la gestión que les permitió volver a casa tras seis años de secuestro.

Aunque no lo parezca, lo que viene será más complicado en lo personal.

En medio de la alegría de la liberación, el problema más urgente es el de la readaptación. Dary Lucía Nieto, sicóloga de la Fundación País Libre, organización que ha prestado asistencia a más de 5.000 familias víctimas del secuestro en los últimos 15 años en Colombia, explicó en la BBC la situación. En pocas palabras, dictaminó que "el secuestro no termina con la libertad". Según ella, "después de la euforia, vienen unas claridades y los ex secuestrados se encuentran con unas realidades que se vuelven a veces pérdidas y duelos. Tienen que enfrentar deudas y ausencias o quizás una familia que se ha disgregado",

En “Noticia de un Secuestro”, Gabriel García Márquez hizo un minucioso recuento de lo ocurrido a diez personas (varios periodistas y el actual Vicepresidente colombiano entre ellas) capturadas en 1990 en Bogotá. Ambos casos tienen notables diferencias: los responsables: en “Noticia...” fueron los narcotraficantes, en este caso las FARC; la duración fue diferente: seis meses y seis años, y por supuesto hay diferencias entre la selva y los escondites urbanos. Pero comparten lo fundamental: la incertidumbre y el temor permanentes. Todo ello lo reconstruye García Márquez con paciencia de viejo reportero. Sin embargo, solo logra describir parcialmente los sentimientos más íntimos de los involucrados. Los secuestrados y sus familiares apenas entreabren su intimidad.

Clara Rojas se mostró inicialmente locuaz y espontánea. ¿Seguirá siéndolo? Hay que tener en cuenta que habría sufrido el “síndrome de Estocolmo”: un paradojal “estado psicológico en el que la víctima de secuestro, o persona detenida contra su propia voluntad, desarrolla una relación de complicidad con su secuestrador”, según resume la Wikipedia. En estos seis años, luego de acompañar voluntariamente al cautiverio a su amiga Ingrid Betancourt, tuvo a Emmanuel, un hijo con un guerrillero.

Fue Emmanuel la causa de que la operación inicial, bautizada así por Hugo Chávez, fracasara a fines de diciembre. Contra lo que se creía, el niño no estaba junto a su madre, sino en un orfanato en Bogotá con un nombre falso. En esos días, la intervención de Chávez daba la impresión de culminar como una gran chambonada, solo comparable con el momento en que lo hizo callar el Rey Juan Carlos. Las cosas, sin embargo, se revirtieron. Hoy Chávez es un héroe, que se muestra magnánimo. Su rival, el Presidente Alvaro Uribe, debió retractarse públicamente de algunos de sus dichos y agradecerle, no sólo a Chávez, sino también a Fidel Castro, por su colaboración..

Lo malo –y así lo recalcaron las liberadas y sus familias- que hay miles de otros secuestrados en Colombia. Algunos han sido retenidos por delincuentes comunes. Pero hay 774 según los recuentos más fidedignos, que siguen secuestrados por las propias FARC, incluyendo a Ingrid Betancourt. Su hijo Lorenzo Delloye, junto con reconocer las gestiones que permitieron liberar a las dos rehenes, pidió que no se olvidara a su madre y al resto:

Hay que continuar ejerciendo una gran presión (internacional)”, dijo. En diciembre, anticipándose, Ingrid había escrito: “La felicidad es triste. El amor alivia y abre heridas nuevas... es vivir y morir de nuevo”.

11 de enero de 2008

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