Creyente y trabajador ejemplar

José Aguilera Belmar, fallecido el domingo en Santiago, nació en un modesto hogar cerca del Zanjón de la Aguada. El ejemplo de sus padres, lo llevó a dedicar su vida al trabajo en el mundo sindical y a su profunda militancia católica.

En sus memorias, lamentablemente inéditas hasta ahora, había escrito: “Recuerdo importante para toda mi vida, de esa niñez, es la extrema pero digna pobreza, que vivíamos. Mi padre nos orientaba solidariamente, siempre luchando por nuestra promoción humana, junto con otros postergados. Mi padre y sus amigos sindicalistas que conocí, luchaban día a día por salir de la pobreza y ser ciudadanos en plenitud. Ellos no querían recibir limosnas, sino que se les tratara como seres humanos y se respetaran sus derechos También es importante de ese tiempo, la vinculación con la Iglesia Católica a través de un santo cura preocupado de todos, sin marginar a nadie por sus opciones ideológicas, valorizando y motivando el compromiso de los cristianos en el mundo”.

José dio muchas otras batallas a lo largo de su vida. Tuvo grandes responsabilidades en el mundo del trabajo y como cristiano, lo que le permitió desempeñar numerosas tareas de representación en Chile y en el extranjero. Durante años fue secretario ejecutivo de la Vicaría Pastoral Obrera, de Santiago.

Uno de los puntos culminantes de su fecunda existencia se produjo durante la visita del Papa Juan Pablo II a Chile, en 1987. En un encuentro con el Papa en la Nunciatura, habló a nombre de los trabajadores, dándole las gracias al visitante:

Nuestras esperanzas miran el presente y el futuro. Queremos decirle que estamos seria y responsablemente comprometidos en construir un Chile participativo y solidario donde la Justicia sea mas vivida y la dignidad de toda persona sea respetada”.

José Aguilera fue cercano a muy diferentes personalidades, incluyendo una relación de mutuo afecto con el Cardenal Raúl Silva Henríquez. También tuvo una fugaz militancia política en el Mapu, que le trajo serios problemas después de septiembre de 1973.

Al concluir sus recuerdos de vida, hace unos años, escribió:

“Yo soy el camino la verdad y la vida”.dijo Jesús. Hay muchos que hablan sobre la Verdad, y es importante. Hay muchos que hablan sobre la Vida, también es importante...pero pocos abren, hablan y hacen caminos. Esos nos hacen falta, porque en ese camino hay brotes concretos del Reino de Dios que se construye día a día”.

Abraham Santibáñez
Ex director del periódico La Nueva Aurora (1961).
18 de mayo de 2008

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