Santiaguinos creen que el Colegio Médico debe fiscalizar a extranjeros.

Encuestados piden mayor control y no creen que las universidades sean las más adecuadas para ejercerlo.

Jessica Osorio quería “ser perfecta”, según dijeron sus familiares. Esa habría sido la razón –suponen, ya que no habló con nadie sobre ello- que la llevó a la fatal decisión de hacerse una “abdominoplastía” en el centro médico Los Ángeles de avenida Independencia. De allí, en vez de lucir una nueva figura, salió en una ambulancia, en estado grave, que derivó en su muerte en el hospital San José. Su confianza en el médico ecuatoriano Galo Andrade, de quien “hacía tiempo que era paciente”, le costó cara. Consultados por cuenta de Publimetro por especialistas de la Universidad Diego Portales, los santiaguinos, después de conocer la historia de Jessica, reaccionan al revés que ella: con profunda desconfianza.

La reacción se hizo más aguda ante la información de que Andrade, además, cubría un amplio espectro de especialidades: “¿Médico o maestro Chasquilla?”se preguntó un diario. Los centros que tenía en Independencia y Providencia fueron cerrados el lunes en medio de un creciente sentimiento de rechazo. El gran ganador en este río revuelto es el Colegio Médico, el cual ha denunciado la situación en reiteradas ocasiones y que obtuvo el reconocimiento mayoritario de los encuestados, que creen que debe hacerse cargo de la fiscalización de los médicos extranjeros. La sensación es que, en esta materia, ni el gobierno (Ministerio de salud) no las universidades dan la misma confianza.

Es evidente que la tragedia de Jessica Osorio ya no tiene remedio. Pero, por una vez, la indiferencia ha sido reemplazada por la indignación y una exigencia de medidas más contundentes. También han sacado la voz algunas víctimas de tratamientos ineficaces o, lo que es peor, que han dejado feas huellas o dolorosas cicatrices en los pacientes. Lo malo parece es que los dardos se enfilan contra los médicos extranjeros, prácticamente sin hacer distinción entre quienes han dado pruebas de capacidad y –muchas veces- de una gran calidad humana y aquellos que atraen clientes con tentadoras, pero riesgosas ofertas.

El siguiente es el detalle de los resultados de la consulta:

¿Sólo chilenos? La mayoría de las personas consultadas (58,3 por ciento) no ha sido nunca atendida por un médico extranjero. Tampoco alguien de su familia. El dato no tendría importancia si no fuera porque la respuesta contraria, quienes reconocen que ellos o algún familiar sí “han sido atendidos por un médico extranjero”, es significativamente alta: 41,7 por ciento..

¿Puerta ancha? Inevitablemente, después del amplio despliegue informativo en torno al caso del médico Andrade, el público empezó a preguntarse si “en Chile se les da mucha facilidad para ejercer” a los extranjeros. Tres tercios de las respuestas (75,3 por ciento) de esta encuesta son positivos: Sí. Sólo la cuarta parte de los consultados (24,7 por ciento) cree que las facilidades no son tantas.

¿Confiar o no confiar? Se preguntó en tercer lugar a la persona encuestada cómo reaccionaría frente a un médico extranjero, cuál sería “su principal sentimiento”. De tres posibilidades, la principal, que concentró casi la mitad de las respuestas (49,7 por ciento), es: “Desconfianza”. Un porcentaje alto, pero menor (39 por ciento), opina que “le da igual si es nacional o extranjero”: Y solo un sector relativamente pequeño (11,3 por ciento) asegura que su sentimiento frente a un médico extranjero es de “confianza”.

Apoyo al Colegio. Finalmente, dado que el tema ahora es cómo se sigue adelante, para lo cual hay consenso en que se debe aumentar los controles, las respuestas se inclinaron mayoritariamente (50,7 por ciento) porque sea el Colegio Médico quien “debería fiscalizar a los médicos extranjeros”. Una cifra menos (42 por ciento) opina que es una responsabilidad del Ministerio de Salud y solo una minoría muy pequeña (7,3 por ciento), piensa que esta es tarea de las universidades.

Buen punto, sin duda, para los dirigentes gremiales que permanentemente dan la cara, no sólo por sus asociados, sino también en defensa de sus “clientes”, es decir, los chilenos que tarde o temprano tenemos que recurrir a un médico.

Publicado en el diario Publimetro (se puede leer en linea desde metropoint.com) el 20 de Octubre de 2005

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